Sin duda, la nueva realidad nos ha llevado a cambiar hábitos y por ende comprender al comprador con las tendencias de consumo, lo que permite articular sus rutinas con la esencia del negocio inmobiliario. Algunos de los cambios que se presentan son:
- Menos efectivo más transferencia.
- Sistematización de procesos.
- Adecuación de espacios “Casa – oficina”.
- Rol de los computadores y celulares para generar experiencia.
- Investigar antes de invertir.
- Entre otros.
De manera adicional, los clientes – consumidores que son conscientes del poder digital están más conectados, enlazados e informados, lo que lleva de manera estratégica a las inmobiliarias a atender el reto del servicio y experiencia a ofrecer.